Competencia Digital Docente III. Llegan los riesgos de la digitalización express

Competencia Digital Docente III. Llegan los riesgos de la digitalización express

Los potenciales riesgos de una digitalización rápida y mal estructurada empiezan a hacerse visibles en la educación española.

En el artículo anterior de esta serie comentábamos que en el desarrollo de la competencia digital no hay atajos: es necesario superar todas las etapas de adquisición de habilidades con humildad, esfuerzo y sobre todo con la mente preparada de forma honesta para desaprender y aprender de manera continuada y permanente. 

Han transcurrido algunas semanas desde que lanzamos esta reflexión y ya empezamos a atisbar que los riesgos que comentábamos derivados la digitalización express comienzan a aparecer al tiempo que las administraciones educativas declaran su amor por el Big Data, la IA, el DigCompEdu (en su spanglish denomination “CompDigEdu”) y cualquier concepto que haga parecer que se sabe mucho de esto. 

Para este artículo nos formulamos las siguientes tres preguntas: 

  1. ¿Servirán los fondos sociales europeos (C19 MRR) para reducir la brecha digital? 
  2. ¿Se están coordinando las decisiones para posicionar la escuela pública a la vanguardia de la transformación digital? 
  3. Analizando un área concreta del CompDigEdu, ¿qué se debería hacer para hacer efectiva la seguridad de los menores en Internet? 

 

1- ¿Servirán los fondos sociales europeos (C19 MRR) para reducir la brecha digital? 

Explicaba hace poco Fernando Rodríguez, CEO de Grupo AE, que tenemos que aunar esfuerzos para salvar la brecha digital, ya que antiguamente todos aprendíamos de la misma manera. Pero ahora, disponer de más recursos puede marcar grandes diferencias entre centros, familias y, lógicamente, entre el alumnado. El aprendizaje híbrido y líquido en la red asombra y asusta a la vez y por eso no son de extrañar los intentos de control político-administrativo que no acierta a entender que la incertidumbre y la resolución del problema complejo forma parte ya del cerebro digital de los menores. 

La competencia digital es un Deep Mind que seguramente curará el cáncer y la malaria al tiempo que generará intensos debates sobre la bioética de los datos y la sobrepoblación mundial. Pero hasta que esto llegue, hay que pensar en las aulas, en los docentes y en el alumnado 

 “Paneles Digitales, webcams y micros para todos” 

¿Y después de esto, qué? Leyendo a nuestro compañero Eduardo Ruiz, habrá docentes (A) que con competencia digital y tecnologías educativas preparen, prioricen, varíen, interactúen, den autonomía y opciones, se adapten con flexibilidad, despierten la curiosidad del alumno y consigan alumnas y alumnos emprendedores y creativos. 

Pero habrá muchos docentes que no lo harán (B). 

Y el alumnado del A será capaz de generar, planear, producir, diseñar, construir, idear y elaborar. Pero el alumnado del B seguramente no, ya que las TIC sólo servirán como una mera herramienta de sustitución sin cambio funcional

competencia digital docente

En consecuencia, las TIC y la CDD permitirán la creación de nuevas actividades de aprendizaje antes inconcebibles, aplicando un modelo de transformación que puede exigir a docentes con decenas de años de experiencia un cambio radical en su forma de dar clases que no están dispuestos a realizar y en el que muy probablemente no crean. 

Por tanto, podemos estar en el inicio, no de una brecha, sino de un abismo digital. Esto quiere decir que toca remangarse y remar todos juntos.  

2- ¿Se están coordinando las decisiones para posicionar la escuela pública a la vanguardia de la transformación digital? 

Es pronto para dar respuesta a esta pregunta, pero ya se observan nubarrones en el horizonte a pesar de los acuerdos de reconocimiento automático de acreditaciones de CDD bajo el marco CompDigEdu 

Entendemos que se estén inundando los centros con mentores, asesores y profesores responsables de acompañar a los centros en su proceso de transformación digital. Lo que no es entendible es que, a pesar de la poca o nula experiencia en este campo, y tras un periodo de formación express normalmente vía PPT o PDF (en muchas ocasiones groseramente enfocado a potenciar las propias plataformas de las consejerías), empecemos a atisbar en España 17 versiones diferentes de competencia digital con tendencia a implantarse de forma imperativa o taxativa. Incluso con menosprecio a la ingente labor que los docentes pioneros en este campo han desarrollado durante años sin apenas apoyos de la comunidad educativa. 

formación digital concepción arenal

En Grupo AE contamos con: 

Podemos decir con orgullo que somos una consultora cualificada para opinar sobre innovación en competencia digital educativa. Observamos actitudes iniciales que tienen la apariencia de ser peajes electorales de una democracia a la que todavía le falta recorrido para poder ponerse el adjetivo “digital”. Los profesionales que comenzamos esta andadura no sólo no podemos desfallecer, sino que tenemos que multiplicar nuestro compromiso y esfuerzo para que la educación que cambia el mundo haga que proyectos como Quaise puedan sean realidades con participación directa de nuestro alumnado.

 

3- Analizando un área concreta del CompDigEdu, ¿qué se debería hacer para hacer efectiva la seguridad de los menores en Internet? 

Analizamos dos de los retos que los nuevos descriptores de seguridad, privacidad y protección de datos conllevarán para los centros educativos. 

En el área de la Seguridad

De acuerdo con los datos ofrecidos por la entidad Check Point Software, la educación y la investigación fueron los principales objetivos de los ciberatacantes en 2021, con una media de 1.605 ataques por organización a la semana, lo que supone un aumento del 75% respecto a 2020. Como detonantes de esta situación, aparecen la improvisación y la falta de presupuesto en un sector con carencia endémica de recursos tanto tecnológicos como de personal y de habilidades para el manejo de la tecnología con unos mínimos parámetros de seguridad. Especialmente la educación primaria y secundaria ha sido especialmente vulnerables para enfrentarse a los retos de seguridad por la mayor exposición y el aumento de los riesgos. 

Los hábitos del alumnado, docentes y familias han sido determinantes para que los ciberdelincuentes encontraran vulnerabilidades. Se han producido múltiples usurpaciones de identidad y ataques cuya entrada se produce a través de las credenciales de un alumno. También se han abierto vías de entrada a través de:

  • La utilización de múltiples dispositivos privados
  • El uso del correo de manera repetitiva o de las redes sociales
  • La utilización de plataformas comunes (por ejemplo Zoom), siendo especialmente vulnerables las de las Consejerías de Educación
  • El uso de redes alternativas para el profesorado a través de la mensajería común, como WhasApp o Telegram.

Estudio seguridad unicef

En el área de la privacidad

Examinando los datos aportados por UNICEF respecto al aumento de la tasa de prevalencia del acoso escolar, observamos que el ratio de victimización de acoso escolar estimado se ha disparado con la pandemia al 33,6% (incluyendo víctimas puras y víctimas agresoras). La de ciberacoso se situaría en un 22,5%, siendo en este caso mayor el porcentaje de víctimas agresoras (11,8%) que el de víctimas puras (10,7%). Ello revela que en Internet lo más común es acosar y ser acosado; más de la mitad de quienes sufren acoso, también lo ejercen. 

Similares datos preocupantes se encuentran en todas las áreas analizadas y que pueden consultarse en el siguiente enlace: https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/Res_Ejec_Impacto_de_la_tecnologia_en_la_adolescencia.pdf 

seguridad digital

Desde el anuncio de la publicación del CompDigEdu y los planes de digitalización de las consejerías, buscamos que se establezcan caminos adecuados para implantar la competencia digital en seguridad. Por ahora sólo encontramos riesgos que se empiezan a actualizar.  

Es imprescindible, estratégico y crítico prepararse, definir e implementar protocolos. Del mismo modo, es necesario capacitar a los usuarios y conseguir una buena formación de la totalidad de la comunidad educativa (alumnado, familias y docentes). Son los chicos, chicas y docentes los que finalmente hacen click y abren la puerta a la delincuencia digital. 

Se hacen vitales, pero no encontramos, planes específicos y detallados de:  

  • Aumento de la inversión en herramientas como la prevención multicapas 
  • Tecnología educativa de doble autentificación 
  • Plataformas diseñadas específicamente y que realicen ataques ficticios para conocer cómo reaccionan los miembros de la comunidad educativa
  • Inteligencia Artificial para proteger el sistema ante lo desconocido
  • Planificación coherente para la introducción del cifrado y la encriptación en toda la educación 

Por supuesto, estos planes no deben crearse nunca de manera puntual; es decir, este curso sí y el siguiente, no; la seguridad digital es un proceso, no un producto para un curso. 

¿Está el sector educativo a la altura de las necesidades diseñadas por los descriptores del CompDigEdu conectando  la formación con las necesidades reales del mercado laboral? Lo trataremos en el siguiente artículo de esta serie.

 

 

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